miércoles, 12 de septiembre de 2012

Olvídalo. No ayudan.



Olvídalo. No ayudan.

Olvídalo. No te van a ayudar. No importa que sean de derechas o de izquierdas. Los políticos han conseguido estar totalmente fuera de la realidad y han dado la espalda a la gente. No saben nada de nosotros y, lo que es peor, no les importa.

Quizás sea el momento de hacer lo mismo con ellos. Con todos. Quizás sea el momento de ignorarlos. Tomarlos como si fueran el tiempo. Algo que está ahí. A veces llueve, a veces hace sol. Intentar vivir como si no existieran. Y en las próximas elecciones que vaya a votar quien yo os diga. Que los domingos están para tomar el aperitivo con los amigos.

Pero quizás también ha llegado el momento de dejar de buscar excusas. De ofrecer nuestro mejor yo para salir de donde nos han metido estos inútiles. Así como que llueva o haga sol no nos impide ir a trabajar y hacerlo lo mejor posible, tampoco deberían impedírnoslo estos parásitos, porque al fin y al cabo, trabajas para ti. Y a quien deberías rendir cuentas a final de mes es a ti mismo.

Quizás sea el momento de que la gente trabajemos para nosotros. Para ti y para el compañero que se sienta al lado, que está en la misma situación que tú. Olvidemos políticos, banqueros, FMI, gurús iluminados… Como si no existieran. Pero para siempre. Son circunstancias contra las que poco podemos hacer más que ignorarlas. Como la tormenta que crea el charco que hay que cruzar para llegar al destino.

Es el momento de dar el máximo, pero no por tu empresa, ni por el gobierno, ni por el país ni por Europa, ni por el Euro. Nada más y, sobre todo, nada menos que por ti.

Sé inquieto, aprende cosas nuevas. Si tu cambias tu pequeña parcela vital y el de al lado cambia la suya, entre todos cambiamos el mundo. Y todos esos parásitos necesitan de nuestra atención para existir. Según la vayan perdiendo se irán difuminando.

Quizás sea el momento de la gente.

jueves, 26 de abril de 2012

Soy

No hace mucho escribí esto. Me da muy buen rollo, así que ¿por qué no compartirlo?

Soy aire
Soy libertad
Soy las ganas de luchar
Soy el viento en la tempestad

...Soy el aire limpio
Que viene tras la tormenta
Soy la rebeldía que no escarmienta
Soy el instinto de supervivencia

Soy un escalofrío
Un nudo en tu garganta
Soy la brisa fresca que acaricia tu espalda

Soy el despertar del titán
Soy la razón por la que hoy te levantarás
Yo soy la órbita lunar
Soy la imparable fuerza de la verdad

jueves, 12 de abril de 2012

La FELICIDAD (y 2)

Madre mía... 2 posts casi seguidos... Me va a dar algo.

Venga, vamos a comentar el segundo dia del Congreso de la Felicidad.

Este segundo día prometía incluso más que el primero.

Empezábamos con Matthieu Ricard. Se supone que es la persona más feliz del mundo. Pasó de realizar labores de investigación con premios Nobel a dejarlo todo, raparse la cabeza e irse al Tibet a meditar. Qué cosas...
Su ponencia giró en torno al amor y la felicidad, los placeres sencillos.
Una buena frase fue: "El altruismo es el camino a la felicidad" a la que yo añadiría que la felicidad también nos lleva al altruismo. Probablemente se alimenten el uno al otro, sean la misma carretera con dos sentidos.
Abogó por el amor incondicional como mecanismo para que comience el cambio. Aunque creo que hay otra multitud de factores que pueden alentar a ese cambio, sin ninguna duda lo único que hacen es complementar a ese amor incondicional. Muy de acuerdo con el monje.

Y para seguir con el tema religioso, la siguiente fue Sor Lucía Caram o "la monja cojonera" como ella misma se definió.
Esta monja es, para mi, el claro ejemplo de que ser una buena persona esta por encima de religiones y creencias. Esta mujer es monja porque fue el camino que encontró para ayudar a los demás. Ni más ni menos.
Apasionada, activa y combativa. "La única indignación valida es la que se vive creando alternativas". Ahí queda eso. Generosa, "La felicidad es vivir sin retener" y con las cosas bien claras: "la felicidad es el camino por el que transito, no una meta". Efectivamente, las metas se alcanzan y se acaban. La felicidad no debe acabar nunca.

Y en estas estábamos cuando llegó una de las sorpresas del congreso, para mi que no conocía de nada a este tipo. Un tal Jaume Sanllorente. Un chico con aspecto de RR.PP de cualquier garito pijo de moda (vale, todos tenemos prejuicios y a mi no me gustan estos garitos). Pues no podía estar más equivocado.
Creo que su historia fue la que más me emocionó hasta el punto de ponerme el corazón en la garganta. Jaume es el fundador de Sonrisas de Bombay. Un pequeño orfanato que cuidaba de 40 niños ahora se ocupa de más de 5000 personas.
A él unas vacaciones le cambiaron la vida, pero a un montón de niños se la salvaron. La situación de los niños en Bombay es vergonzosa. Sus opciones son estas:

- Recoger basura con su familia para venderla al reciclaje (esta es la mejor opción).
- Caer en la prostitución con 4, 5 y 6 años.
- Caer en el poder de las mafias que les mutilan para que den más pena al mendigar.

Con este panorama, la labor de Jaume allí es heroica, hasta el punto de tener que ir con escolta por ser objetivo de estas mafias.
De su exposición me quedo con la siguiente frase: "Una vida en la que no hay entrega a los demás, no es vida"
Un tipo admirable y si todos tuvieramos un cuarto del valor que tiene él, otro gallo nos cantaría.

Llegamos a la mesa redonda, de la cual, a pesar de estar eminencias como Blanca López Ibor, tengo que destacar a Javier Sádaba.
Solo le he escuchado un par de veces, pero desde ya me declaro MUY FAN de este filósofo.
Empezó arremetiendo contra "el pensamiento correcto", ese que no acepta matices. Luego dijo algo tan sencillo que a veces te preguntas cómo es posible que nos cueste tanto hacerlo: "hay que evitar el sufrimiento evitable, basta de comerse el coco". Más de acuerdo no puedo estar. ¿Cuanto tiempo perdemos preocupándonos por cosa nimias, de las que hacemos un mundo? ¿Realmente son tan importantes? ¿Realmente merecen que me preocupe y sufra por ellas? Basta de buscar problemas. Parece que si no estamos atormentados por algo llevamos una vida superficial. Y esto es mentira.
"El bien habita en los pequeños detalles". Y normalmente son tan pequeños esos detalles que los pasamos por alto. Quizás deberíamos prestar más atención y ser más humildes.
Javier, ya tengo tu libro "La vida buena" pidiendo guerra y seguro que me va a encantar. MUY FAN.

El congreso se clausuro con el siempre brillante Punset y con un alegato a la importancia que la música tuvo en su vida de Carlos Jean, que yo entendí como una historia de individualidad y personalidad. Busca lo que te gusta y hazlo. No importa lo que te digan los demás. A quien le tiene que gustar es a ti.

Bueno y a todo esto, ¿qué es para mi la felicidad? Intentaré no ser muy cursi.

Para mi la felicidad no es un destino, es un viaje en el último vagón de un tren. Y digo el último porque es el único desde el que puedes mirar atrás. Tan importante es no anclarse en el pasado como no perderlo de vista porque, nos guste o no, ese pasado nos define. La felicidad es mirar a la cara a ese pasado y no tener nada que reprocharse, nada que te evite continuar tu camino, ninguna mochila demasiado pesada. Y si tienes algún reproche, baja del tren y arréglalo.
Porque hay una cosa que no os he dicho... Este tren no es un tren cualquiera. Te puedes bajar en cualquier momento, lo puedes perder la veces que quieras... Este es el único tren que SIEMPRE pasa otra vez.

y para vosotros?

martes, 10 de abril de 2012

La FELICIDAD.

Hola a todos!!

Aquí estoy de vuelta después de mucho tiempo sin escribir, una lesión más o menos seria de la que 2 meses y medio después me sigo recuperando y a la que sería injusto culpar de mi tardanza en crear otro post y varias cosas más. Ya sabéis que me cuesta un poquito ser constante, pero prometo intentar arreglarlo... Solo intentarlo.

Bueno, acabo de salir del II Congreso Internacional de la Felicidad, que es de lo que os quería hablar. Dos días bonitos, estimulantes, emocionantes.
En los tiempos que corren parece una locura hablar de la felicidad, pero todos tenemos el derecho y la obligación de ser felices, o al menos intentarlo.

Este congreso ha sido dirigido por Eduardo Punset, que hizo una brillante introducción y una no menos brillante clausura.
Desde un punto de vista siempre optimista, me quedo con 2 frases que dijo. Con una comulgo y con otra, por ser un poco quisquilloso puntualizaría un concepto.

La primera observación de Punset fue que hace muchos años se reunían 1000 personas para ir de entierro o de ejecución. Estos 2 días nos reunimos para hablar de felicidad. Es una bonita observación que da pie a la esperanza y al optimismo y a la que yo me sumo.

La segunda fue: "La felicidad es la ausencia de miedo". Bien, el miedo como emoción creo que es lo que nos ha permitido sobrevivir como especie. Nos hace cautos y nos mantiene alerta, en su justa medida, por supuesto. Un miedo incontrolado se convierte en pánico y eso no trae nada bueno.

La exposición del Dr. Luis Rojas Marcos fue también entretenida y didáctica. Cuando el jefe de psiquiatría en Nueva York el fatídico 11S abre la boca, lo único que puedes hacer es callarte y prestar mucha atención.
Rojas Marcos habló de los protectores de la felicidad y no dio puntada sin hilo. Desde la importancia de la diversificación de las parcelas de nuestra felicidad, hasta la necesidad de hablar, pasando por lo necesario del ejercicio físico y la toma de control para ser feliz. Totalmente de acuerdo con todo.

Juan Luis Arsuaga hizo una exposición desde un punto de vista de la antropología, que para mi gusto fue un poco espesa. Aún así me quedo con una cita que dijo: "Sin justicia no hay felicidad".

El Dr. Carmelo Vazquez no dio unos datos para pensar un poco. Me quedo con dos.
El primero es que mientras el PIB de USA de los años 60 a hoy se ha multiplicado por 6, la gente que dice sentirse feliz a descendido ligeramente. Igual lo de que el dinero no es tan importante es verdad...
El segundo incumbe a la salud. Parece que un problema psicológico hace el mismo mal que casi 4 problemas físicos en lo que a bienestar se refiere. Y yo creo que seguimos sin prestar la suficiente atención a estas patologías.

El Dr. Mario Alonso Puig hizo una conferencia francamente impresionante hablando del reto de ser feliz. Imposible de resumir me quedo con una de las frases del congreso: "El único antídoto contra el miedo es el AMOR". Pagaría porque esa frase fuera mia.

Como soy de los que creen que los post tienen que ser cortos y este no lo está siendo, lo dejo aquí. Queda por comentar el segundo dia del congreso, que ha sido francamente emocionante, pero eso sera mañana... o pasado mañana, ya me conocéis...
De todas formas, para que no os pille de sorpresa, el post del segundo día lo acabaré preguntando qué es la felicidad para vosotros. Id pensandolo, no me contestéis ahora. Hacedlo despues del segundo post. ;)

jueves, 2 de febrero de 2012

La importancia de lo superficial

Hoy no me gustaría hablar de nada profundo.
No me gustaría pensar en lo que cada uno necesita para ser feliz, o al menos para intentarlo.
No me gustaría ahondar en el camino del bien o del mal ni en cual de los dos nos encontramos.
Hoy quiero reivindicar la importancia de lo superficial. No, no es una pérdida de tiempo.

Está muy bien pensar en la vida, en el trabajo, en como mejorar las cosas, en cual será nuestro siguiente paso, pero no hay cuerpo que aguante la intensidad de lo vital 24 horas al dia.

Para. Baja al bar y toma unas cervezas con los amigos hablando de nada. Desconecta tu cabeza. Habla del partido de ayer, de lo guapa que estaba hoy esa chica que nunca tendrás y de mil cosas que no están en tus manos solucionar. Y si no te importan, pues mejor.
Ojo, no estoy diciendo que pongas Telecinco... Los extremos no son buenos.

Para estar acorde con el tema, este post es muy corto, no podía ser de otra manera.
En definitiva, date un respiro. Apaga el cerebro un rato, empápate del mundanal ruido, de situaciones que pasan sin dejar huella, de emociones tan efímeras que dudarás si las has tenido.
Ya se ocuparan los momentos vitales de dar el contrapunto. Y esos momentos sí que exigirán todas las fuerzas que hemos ahorrado en los momentos superficiales.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

En Navidad, sin post.

Bueno, se acaba el año y todo el mundo empieza a recopilar y a escribir sus resumenes del año.

Pues yo no. Es Navidad, que no es que me vuelva loco, pero solo te diré que lo pases muy bien, que comas mucho, que bebas y que te olvides de la crisis, de los politicos y todas esas cosas que te quitan el sueño. Ya hablaremos en Enero.

Un abrazo y a divertirse!

¿Qué nos pasa?

Bueno, este no será un post muy optimista.
Está claro que estamos en una situación económica complicada, le echamos la culpa a los mercados, a los bancos… Pero detrás de todos estos negocios hay personas que los dirigen. Y aquí viene el problema y una pregunta que me está rondando la cabeza desde hace un tiempo: ¿qué tipos de personas hemos y estamos educando?
La educación que hemos recibido nos ha traído hasta aquí. Creo que es un problema de base. Hemos creado una sociedad basada en una competitividad insana, en la que el éxito personal es menos éxito si no va ligado al estrepitoso fracaso del otro. Incluso a veces vale fracasar si el otro queda peor parado.
No nos vale con estar bien si hay otro que está mejor. Nos cuesta mucho ser felices con lo que tenemos si otro tiene más. Somos incapaces de mirarnos a nosotros, solo a nosotros, sin compararnos.
Creo que ese ambiente de ley de la selva ha creado una sociedad enferma ya no solo en nuestros trabajos, también en nuestra vida personal.
Hace poco leí un reportaje en un periódico de tirada nacional que me dejó la sangre helada. En el hablaba de la principal causa de muerte violenta en el mundo. No, no son las guerras, ni los accidentes de tráfico. Es el suicidio.
Hablamos de 4500 muertos al año solo en España. Cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo. Sí, creo que es suficiente para hablar de una sociedad enferma.
¿Qué puede llevar a una persona a ese extremo? ¿Cómo se llega a caer en ese pozo en el que la única salida es el suicidio? ¿Qué valor dan a las cosas que tienen?
A medida que leía el reportaje me iba haciendo todas esas preguntas. Entonces la psiquiatra Carmen Tejedor formuló la pregunta perfecta en dicho reportaje. “¿y usted, por qué no se suicida? Cuando conteste entenderá por qué el suicida sí lo hace.”
A veces hay que hablar de estas cosas. Yo tengo que hablar de estas cosas porque necesito hablar de las cosas que no entiendo. Y cada vez entiendo menos al mundo.
Acabo el post como lo empecé.
¿Qué nos pasa?